martes, 20 de marzo de 2012

El Paseo de los Estudiantes... ¿chinos?


El llamado Paseo de los Estudiantes de San José es en realidad la calle 9, acotada por la avenida 2 al norte y la avenida 14 al sur, aunque hay quien lo extiende hasta la avenida 18. Con esta última delimitación, dicho paseo iniciaría con el hito arquitectónico de la parroquia de Nuestra Señora de la Soledad al norte y culminaría con el de los edificios del Liceo de Costa Rica al sur.

A esa vía y su "prehistoria" me he referido antes ya, por lo que no lo haré ahora cuando el tema del momento parece ser más bien si, con la consolidación del llamado barrio chino que impulsa la Municipalidad capitalina, perderá o no ese, su nombre histórico.

Invitado por la revista digital Paquidermo, me referí a dicho proyecto con los argumentos que pensé convenientes para justificar mi posición como josefino, claramente a favor del mismo, polémica por demás interesante que les invito a seguir en esa publicación.

No obstante, he de confesar que me ha sorprendido mucho cómo, tanto ahí como alrededor de la versión editada del mismo texto publicada en La Nación el pasado domingo 18 de marzo (De nombres, barrios y paseos), los comentarios respecto de tan argumentada posición se reducen, en la mayoría de los casos, a la descalificación cultural cuando no a la ofensa personal. Eso es algo intelectualmente vergonzoso y deja claro por qué nuestro país y nuestra ciudad están como están... porque parece que somos incapaces de discutir con racionalidad y respeto, más allá del deseo infame de no permitir que otros propongan y construyan la ciudad y el país que todos nos merecemos.

Por esa razón, y conocido mi patente interés en la preservación de la memoria social josefina y costarricense, en la presente entrada me limito a compartirles unas cuantas viejas imágenes que ilustran bien el pasado de lo que en el futuro próximo será el barrio chino de San José y su eje principal, el histórico Paseo de los Estudiantes.

lunes, 5 de marzo de 2012

Sobre los “túneles” de San José


18 de agosto de 2011 / 15:26

Saludos don Andrés

Espero que esté muy bien. (…)

Le escribo para solicitarle su ayuda sobre un tema que me gustaría reportear para las próximas semanas. Quisiera averiguar sobre una red de túneles que existieron (o existen) debajo de nuestra capital. Entiendo que varios de estos fueron construidos para eventuales fugas en tiempos de la guerra del 48.

La información que tengo sobre este tema es únicamente basada en rumores de varias personas que dicen tener conocimiento sobre los túneles, y he escuchado de lugares como la antigua FANAL, el Museo Nacional y la extinta comisaría de San José. Además sé de la existencia de otros caminos subterráneos con rutas como Palacio Episcopal-Catedral de San José o de Iglesia de El Carmen-antigua Embajada Americana.

Le agradecería mucho me informe si usted tiene conocimiento sobre estos pasos o si me puede referir con alguien más que pueda informarme al respecto.

Gracias de antemano,

Arturo Pardo Vargas
Periodista La Nación.

* * *
18 de agosto de 2011 / 18:41

Estimable Arturo

No se preocupe usted, que en cuanto pueda ayudarle, cuente conmigo, siempre que brinde los créditos correspondientes. Respondo a su interés.

Desde los tiempos del general Morazán, en la década de 1840, se habla de "túneles", a veces se mencionan en San José, a veces en Cartago. A partir de ahí, he comprobado que según sea quien cuente el cuento, el conflicto en cuestión con el que se relacionan varía: cuando los Tinoco, el Bellavistazo, el 48, el 55, etc.

No obstante, personalmente considero que si algo puede considerarse con toda propiedad una leyenda urbana en San José, son sus famosos "túneles" que, por lo demás, sí existen: son los del alcantarillado sanitario que a principios del siglo XX se construyó a iniciativa -en su preocupación casi maníaca por la salud pública- de nuestros dos grandes próceres Carlos Durán Cartín y Cleto González Víquez.

A esos “túneles”, tomando como pretexto el que usted pretende usar como tema, incluso entró alguien de Canal 6 (¿?) con todo y cámara hace unos años -debería buscar ese material-. Son construcciones longitudinales y abovedadas en ladrillo mampuesto, que atraviesan la ciudad no necesariamente siguiendo la cuadrícula y su ortogonalidad, sino cortándola en diagonal algunas veces, según las características topográficas y geomorfológicas de la pequeña meseta donde se asienta nuestra ciudad: la famosa e irregular Boca del Monte de Aserrí.

Ese sistema de alcantarillado se construyó a semejanza del de Londres, el primero y más avanzado entonces, diseñado casi que totalmente hermético porque su cometido era combatir las “miasmas”, efluvios u olores pútridos a los que se creía responsables de las pestes que azotaban a la victoriana ciudad; hipótesis por demás absurda como demostró luego la ciencia, pero que sirvió, allá como aquí, para sanear en efecto el ambiente urbano. No en balde se mencionan solo "entradas" en algunos de los puntos por usted mencionados, sitios que por públicos es probable que sirvieran también para dejar los necesarios accesos o registros... como es el del quiosco de la FANAL, frente a la Casa Amarilla, según me han dicho y no he podido comprobar.

Por sus dimensiones y escala, claro, parecen ser túneles, más aún si se toma en cuenta que algunos de ellos –por el despoblamiento de la capital y por su sustitución parcial por la tubería de concreto, que se instaló en paralelo con calles y avenidas cuando se pavimentó San José, a fines de la década de 1920– es probable que tengan años de no arrastrar sino unos cuantos detritos, si no es que están secos del todo. Conclusión: leyenda urbana... puesto que conozco varias personas que los han visto, entrado y recorrido… sin saber en realidad qué son y para qué servían.

Otros, como los que puedan existir y conozco quien asegura tal existencia, como son los de los alrededores de la antigua Aduana -y que no se encontraron pese a excavaciones realizadas a propósito de la intervención de esa obra, en la que participé- son claramente obras ingenieriles propias del cambio de superficie que se efectuó ahí en función de permitir el acceso del tren a un terreno que era bastante malo, como que antes fue una especie de vivero: el Jardín de Carmiol. Así, no es descartable tampoco que se hayan confundido con tales "túneles" el entubamiento de las quebradas y acequias josefinas efectuado a principios del siglo XX también.

Túnel, como tal, fue el que mandó construir Monseñor Rodríguez en los años de 1950 –según tengo entendido– entre el nuevo Palacio Episcopal y la Catedral Metropolitana, y que atraviesa la avenida 4... no obstante, este no salió a flote cuando se construyó el Paseo de la Unión Europea: lo sé porque vivo a 400 varas y estuve atento siempre al posible hallazgo. Conclusión: o ya no existe o pasa a más de 3 o 4 metros bajo el nivel de la calzada.

Eso es todo cuanto tengo que decirle al respecto: espero le sean de utilidad estas notas, que por lo demás me han permitido extenderme un poco en un tema que –hasta dónde puedo yo afirmar en mi condición de cronista de esta ciudad– habita sólo en la fantasía de muchos costarricenses que, a falta de conocer la historia urbana, necesitan de sus leyendas: pero ojalá y usted los encontrara.

Con un saludo,

Andrés Fernández

(Ver texto de Cristian Cambronero en Fusil de Chispas)

jueves, 23 de febrero de 2012

San José Neoclásico: un recorrido más

Para adentrarse en el ser y en el hacer de la arquitectura neoclásica en nuestro país, les remito al capítulo I de mi libro Un país, tres arquitecturas: Costa Rica, el liberalismo y la aparición de una cultura urbana.